Taxonomía revisada de Bloom (2001)

La incorporación de las competencias al sistema educativo, entre otras cuestiones está suponiendo una readecuación de los roles de los docentes y los estudiantes en el aula. En este nuevo paradigma (fundamentado básicamente por el constructivismo y el construcionismo), los estudiantes toman un mayor protagonismo en su proceso formativo y para ello es necesario habilitar espacios y recursos que favorezcan aprendizajes a través de la creación y la acción. Con una inversión en equipamiento tecnológico sin precedentes, muchos docentes tienen a su disposición nuevos recursos que permitirían implementar en el aula metodologías activas que favorezcan la adquisición de las competencias.

Por diferentes motivos, la incorporación de los recursos digitales al aula está teniendo un desarrollo muy desigual. En este artículo se hace un planteamiento formativo propuesto para estudiantes de la Escuela de Magisterio de Vitoria-Gasteiz que pretende favorecer un cambio metodológico a través de la incorporación al aula de los nuevos recursos educativos actualmente disponibles.

En un contexto mundial caracterizado por una competencia feroz, interdependencias económicas y bajos salarios de los países emergentes, Europa no puede fundamentar su crecimiento y la generación de empleo en productos y servicios con bajo valor añadido. Así pues, los esfuerzos deberán estar dirigidos al desarrollo de bienes y servicios de gran valor añadido y para ello es de vital importancia que las nuevas generaciones adquieran las competencias que este reto ya está exigiendo. (Declaración de la Comisión Europea 2009)

Tecnología educativa en infantil (Froebel's Gifts)

La escuela se convierte así en una pieza clave de esta transformación y con ella, la figura de los docentes, que deberán adecuar sus prácticas educativas para asegurar que la mayoría de los estudiantes adquieran esas competencias necesarias y ya definidas desde organismos internacionales (OCDE, Comisión Europea,…). Sin entrar a analizar la naturaleza y características de las competencias educativas, (ver aquí ) se puede aceptar que estas exigen la puesta en marcha de las capacidades y habilidades de los alumnos. Esta orientación hacia “la actividad” requiere de la habilitación de espacios y recursos que permitan a los estudiantes formarse a través de “la acción y la creación”. Al igual que no es suficiente saber leer sin escribir o entender sin expresar, lo mismo se podría aplicar a otras áreas en las que los alumnos deberían poder tener roles mucho más activos. Esto es algo que en las aulas de infantil es muy común, pero que poco a poco en la medida en que el alumnado va promocionando va desapareciendo del aula. M. Resnick lo indica muy bien en este artículo.

Las tecnologías aplicadas a la educación se convierten en ese cajón en donde estarán diferentes «medios» que faciliten la adquisición por parte del alumno de las competencias pertinentes. Estos recursos serán de diferente naturaleza y deberán ir adecuándose al desarrollo evolutivo de los estudiantes. Así, mientras la plastilina, los rotuladores, las colchonetas, las pelotas, … son buenos elementos para estimular la “acción, creación y experimentación” de los más pequeños, estos comienzan a perder interés a medida que los jóvenes van creciendo. Así pues, el cajón de las tecnologías educativas necesitará de elementos suficientes para poder habilitar espacios de creación para los diferentes momentos evolutivos (LongLifeLearning). El desarrollo de las tecnologías digitales está posibilitando a los docentes disponer de recursos adecuados para casi todas las edades, permitiendo la habilitación de espacios y recursos en el aula que favorezcan la formación a través de la acción. En este contexto los docentes deberán adquirir las competencias suficientes para acceder y gestionar adecuadamente estos recursos.

Un trabajo (pág. 48) realizado por la Comisión Europea y que ofrece una visión comparativa de la implantación y uso en la aulas de las nuevas tecnologías en los diferentes estados europeos, concluyó en que las marcadas diferencias se podían atribuir a tres factores básicos:

  • Acceso a los ordenadores y a internet.
  • Competencia en el uso de software y como usuario de internet.
  • Actitud hacia la integración de estos recursos en la práctica educativa.

Desde la Escuela de Magisterio de Vitoria-Gasteiz atendiendo a estos datos hemos tratado de incidir sobre los dos últimos puntos, la formación y la actitud positiva hacia las TICs. Para ese cometido hemos planteado una asignatura en la que los estudiantes a través de las diferentes herramientas han tenido que desarrollar diversos proyectos de su interés. De esta forma han comenzado a rellenar ese cajón de recursos educativos que a buen seguro van a necesitar en su actividad profesional. En el siguiente mapa se muestra la propuesta que se realiza.

Quizás la parte más bonita es la relativa a los proyectos que ell@s eligen libremente (deben tener el consenso del docente) y en los que se implican a fondo (no hay como ver a un grupo de estudiantes queriendo aprender movidos por motivación intrínseca). A continuación se muestran algunos ejemplos del último cuatrimestre:

Si el futuro de una sociedad pasa por su nivel formativo, la escuela se convierte en la piedra sobre la que va a pivotar el bienestar de las próximas generaciones. Desde nuestro centro tratamos de que los maestros del mañana salgan preparados lo mejor posible para asumir el difícil reto que  supone ser docente en estos tiempos.

Alumnos de la Escuela de Magisterio de Vitoria-Gasteiz

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies